capitulo diez:
A veces hablaba del suicidio con su
amigo Brooks, la única persona en que podía confiar que no la juzgaría,
que no se lo contaría a su padre o algo peor. Se sentaba en silencio a
escuchar cada vez que ella llamaba a su línea directa. Le había hecho
prometer que hablaría con él en cuanto pensara en ello, así que hablaban
mucho.
Pero seguía allí, ¿no? Las ganas de abandonar este mundo no eran tan
atroces como cuando se había tragado aquellas pastillas. El letargo y la
apatía habían reemplazado el deseo de morir.
—¿Le mencionó mi padre por casualidad que siempre he sido así? —
preguntó.
Lali dejó el cuaderno sobre la mesa.
—¿Siempre?
lali apartó la mirada. Quizá no siempre. Por supuesto que no había
sido siempre así. Había sido alegre algún tiempo. Pero cuando tenía diez
años sus padres se separaron y después de eso una no se queda alegre.
—¿Hay alguna posibilidad de que podamos ir directamente a la receta de
Xanax? —El tímpano izquierdo volvía a pitarle—. Todo esto me parece
una pérdida de tiempo.
—No necesitas fármacos. Necesitas abrirte a los demás y no enterrar
esta tragedia. Tu madrastra dice que no hablas con ella ni con tu padre.
Tampoco has mostrado interés en conversar conmigo. ¿Y con tus amigos
del instituto?
—Cat —dijo lali automáticamente— y Brooks.
Hablaba con ellos. Si alguno de los dos estuviera sentado en la silla de
anais, lali quizá hasta estaría riéndose en ese momento.
—Bien. —La doctora anais quería decir «Por fin»—. ¿Cómo te
describirían desde el accidente?
—Cat es la capitana del equipo de campo a través —respondió lali,
pensando en la incontrolada mezcla de emociones reflejadas en el rostro de
su amiga cuando lali le dijo que lo dejaba y le cedía el puesto de
capitana—. Diría que me he vuelto más lenta.
Cat estaría en el campo con el equipo en aquellos momentos. Se le daba
bien hacerles repasar los ejercicios, pero no era muy brillante dando
ánimos, y el equipo necesitaba motivación para enfrentarse al Manor.
lali echó un vistazo a su reloj. Si salía pitando en cuanto aquello
terminara, quizá llegase al colegio a tiempo. Eso era lo que quería, ¿no?
Al alzar la vista,
vio que anais tenía el entrecejo fruncido.
—Sería un poco duro decirle eso a una chica que está llorando la pérdida
de una madre, ¿no crees?
lali se encogió de hombros. Si anais hubiera tenido sentido del
humor, si hubiera conocido a Cat, lo habría entendido. Su amiga bromeaba
la mayor parte del tiempo. No pasaba nada. Se conocían desde siempre.
—¿Qué hay de… Brooke?
—Brooks —la corrigió lali.
También le conocía desde siempre. Se le daba mejor escuchar que a
ninguno de los psiquiatras en los que se gastaban el dinero Rhoda y su
padre.
—¿Brooks es un chico? —anais volvió a coger el cuaderno y apuntó
algo—. ¿Sois algo más que amigos?
—¿Qué importa eso? —le soltó lali.
Antes del accidente habían salido una vez, en quinto curso. Pero eran
unos críos. Y ella estaba destrozada porque sus padres iban a separarse y…
—Un divorcio a menudo provoca cierto comportamiento en los hijos que
les dificulta continuar con sus propias relaciones sentimentales.
—Teníamos diez años. No funcionó porque yo quería ir a nadar cuando
él quería montar en bici. ¿Cómo hemos empezado a hablar de esto?
—Dímelo tú. Quizá puedas hablarle a Brooks de tu pérdida. Parece ser
alguien que podría llegar a importarte mucho si te permitieras sentir.
lali puso los ojos en blanco.
—Vuelva a ponerse los zapatos, doctora.
Cogió el bolso y se levantó del diván.
—Tengo que ir a correr.
Iba a salir corriendo de aquella sesión. Correría de vuelta al instituto.
Correría por el bosque hasta que estuviera tan cansada que no le doliera.
Puede que incluso corriera de vuelta al equipo que tanto le gustaba. La
entrenadora tenía razón en una cosa: cuando lali estaba baja de ánimos,
correr la ayudaba.
—¿Te veo el próximo martes? —preguntó anais. Pero para entonces la
terapeuta estaba hablando a una puerta cerrada.
-------------------------continuara-----------------------------------------
mmm ame la parte en que dejo hablando a anais sola jajja comenten y subo
A veces hablaba del suicidio con su
amigo Brooks, la única persona en que podía confiar que no la juzgaría,
que no se lo contaría a su padre o algo peor. Se sentaba en silencio a
escuchar cada vez que ella llamaba a su línea directa. Le había hecho
prometer que hablaría con él en cuanto pensara en ello, así que hablaban
mucho.
Pero seguía allí, ¿no? Las ganas de abandonar este mundo no eran tan
atroces como cuando se había tragado aquellas pastillas. El letargo y la
apatía habían reemplazado el deseo de morir.
—¿Le mencionó mi padre por casualidad que siempre he sido así? —
preguntó.
Lali dejó el cuaderno sobre la mesa.
—¿Siempre?
lali apartó la mirada. Quizá no siempre. Por supuesto que no había
sido siempre así. Había sido alegre algún tiempo. Pero cuando tenía diez
años sus padres se separaron y después de eso una no se queda alegre.
—¿Hay alguna posibilidad de que podamos ir directamente a la receta de
Xanax? —El tímpano izquierdo volvía a pitarle—. Todo esto me parece
una pérdida de tiempo.
—No necesitas fármacos. Necesitas abrirte a los demás y no enterrar
esta tragedia. Tu madrastra dice que no hablas con ella ni con tu padre.
Tampoco has mostrado interés en conversar conmigo. ¿Y con tus amigos
del instituto?
—Cat —dijo lali automáticamente— y Brooks.
Hablaba con ellos. Si alguno de los dos estuviera sentado en la silla de
anais, lali quizá hasta estaría riéndose en ese momento.
—Bien. —La doctora anais quería decir «Por fin»—. ¿Cómo te
describirían desde el accidente?
—Cat es la capitana del equipo de campo a través —respondió lali,
pensando en la incontrolada mezcla de emociones reflejadas en el rostro de
su amiga cuando lali le dijo que lo dejaba y le cedía el puesto de
capitana—. Diría que me he vuelto más lenta.
Cat estaría en el campo con el equipo en aquellos momentos. Se le daba
bien hacerles repasar los ejercicios, pero no era muy brillante dando
ánimos, y el equipo necesitaba motivación para enfrentarse al Manor.
lali echó un vistazo a su reloj. Si salía pitando en cuanto aquello
terminara, quizá llegase al colegio a tiempo. Eso era lo que quería, ¿no?
Al alzar la vista,
vio que anais tenía el entrecejo fruncido.
—Sería un poco duro decirle eso a una chica que está llorando la pérdida
de una madre, ¿no crees?
lali se encogió de hombros. Si anais hubiera tenido sentido del
humor, si hubiera conocido a Cat, lo habría entendido. Su amiga bromeaba
la mayor parte del tiempo. No pasaba nada. Se conocían desde siempre.
—¿Qué hay de… Brooke?
—Brooks —la corrigió lali.
También le conocía desde siempre. Se le daba mejor escuchar que a
ninguno de los psiquiatras en los que se gastaban el dinero Rhoda y su
padre.
—¿Brooks es un chico? —anais volvió a coger el cuaderno y apuntó
algo—. ¿Sois algo más que amigos?
—¿Qué importa eso? —le soltó lali.
Antes del accidente habían salido una vez, en quinto curso. Pero eran
unos críos. Y ella estaba destrozada porque sus padres iban a separarse y…
—Un divorcio a menudo provoca cierto comportamiento en los hijos que
les dificulta continuar con sus propias relaciones sentimentales.
—Teníamos diez años. No funcionó porque yo quería ir a nadar cuando
él quería montar en bici. ¿Cómo hemos empezado a hablar de esto?
—Dímelo tú. Quizá puedas hablarle a Brooks de tu pérdida. Parece ser
alguien que podría llegar a importarte mucho si te permitieras sentir.
lali puso los ojos en blanco.
—Vuelva a ponerse los zapatos, doctora.
Cogió el bolso y se levantó del diván.
—Tengo que ir a correr.
Iba a salir corriendo de aquella sesión. Correría de vuelta al instituto.
Correría por el bosque hasta que estuviera tan cansada que no le doliera.
Puede que incluso corriera de vuelta al equipo que tanto le gustaba. La
entrenadora tenía razón en una cosa: cuando lali estaba baja de ánimos,
correr la ayudaba.
—¿Te veo el próximo martes? —preguntó anais. Pero para entonces la
terapeuta estaba hablando a una puerta cerrada.
-------------------------continuara-----------------------------------------
mmm ame la parte en que dejo hablando a anais sola jajja comenten y subo
más más más más más
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